domingo, 23 de diciembre de 2007

Mi amigo africano



Hoy cuando me saludé en el espejo ví una antena
El cuerpo y alma es la única antena nómade que busca la sintonía por cuenta propia.
La errancia es transformar nuestro desplazamiento a lo largo del dial, de medio a fin.
El aislamiento es decretar que no sirve recorrer ni la frecuencia ni la amplitud modulada.
En vez de esas alternativas intento cada día ser una antena danzante que en la búsqueda de dicha sintonía pueda disfrutar la quietud, el movimiento, la compañía, la carrera, el paso lento, el sinuoso, el gélido, el entrecortado, incluso la inmovilidad.

No porque la antena ha sido arrojada al mundo para captar y sintonizar señales tiene que trabajar en todo horario….

Mi antena conserva el optimismo y cree en su fortuna,
pese a haber vivido un autoexilio de lo que creyó era su manantial de señales.
Un tiempo decidió vivir erigida en ese manantial desde donde emitía amplificadas las señales que recibía
y fue no solo antena, sino también cantera de señales que imaginaba beneficiaban a ese manantial y antena.
Un día intentó ser espectadora de esa cruda fantasía
y emprendió el viaje cuando supo que en realidad flotaba sobre agua estancada.
En mis oídos tengo una esponja gris
opacando señales; pese a que a veces no las escucho en el momento, reconozco que nunca han dejado de aparecer.
Su color me predispone a sonreir solo con un tipo específico de sintonía.
En mi garganta se infiltró un anti-micrófono que minimiza y hace mezquinas mis emisiones.

Pero hablaba de fortuna y de optimismo
porque tengo un amigo africano
que se sienta todos los días a mi lado
y hace rato que jugamos a cualquier cosa
nunca importa con qué ni donde ni como.
Es un juego sin forma ni reglas que se llama sintonía,
olvidándome que soy o que él es antena, que es lo mejor de todo.
Con él gozo de ese resultado que sabe mejor porque ninguno de nosotros buscó ni forzó;
Con él siento la felicidad de emanar libremente tantos paisajes
y que al ponerlos en la mesa de nuestro encuentro surgen 25 mil paisajes más.

Las categorías esenciales para definirlo no son su nombre, nacionalidad ni profesión.
Podrás reconocerlo en la calle si ves a alguien que se viste de lealtad, habla el lenguaje de hacer sentir bien a los que estima, se tira los piqueros que sueña y anda preparado para tirarse los que surjan en el momento. Anda con un abultado manojo de llaves con las que abre sutilmente las puertas de mujeres, niños, viejos, extranjeros, etc.; no se cree el cuento del macho recio y camina con espejos amables para que uno pueda mirarse.

Hoy me doy cuenta de todo eso y siento que no me cabe en el cuerpo tanta impresión.
Cuando eso me ocurre mi alma crece a través del desborde de felicidad.
Me siento agradecida de hoy haber podido experimentar esto en este código para que cada cierto tiempo recuerdes la amistad que siento por ti, que como diría el joven brasileño de 93 años, es presente pero eterna.

martes, 31 de julio de 2007

Frutos en el desierto


Soy 3 árboles; 3 cuerpos que pueden dar 3 frutos distintos: uno de carne, otro de palabras y otro vegetal.

Hoy he dado a luz un fruto de palabras escritas; lo llaman ‘artículo’. Mi primer gran fruto de ese tipo que me hace estar celebrando. Hace un par de días di a luz una bella flor y otras siguen un lento aunque épico anuncio; pues estoy celebrando una primavera y un verano.

A los árboles que no dan fruto les llaman infelices. Pues puedo sentirme feliz por estos frutos.

Pero soy triple y me rodean los frutos de carne e incluso me aluden directamente en las conversaciones acerca de esos frutos. Ello me vuelve al invierno gris. También son días rojos los que me recuerdan la opacidad de mi tierra aún no fertilizada.

Una vez escribí que dejaba que los óvulos cayeran porque aún no aparecía su mejor oportunidad.

Hoy prefiero dormir durante las nuevas caídas. Para mí apareció la oportunidad; pero él se sintió importunado por mí. Soy la invitada más importante a este espectáculo de caídas libres que hoy califico de mal gusto. Quisiera tomarme licencia, quisiera dejar un reemplazante para que asista por unos meses.

Pero es imposible dormir, ese es mi insomnio.

‘A’ evoca a ‘no A’

Hace tiempo ‘fruta’ es mi palabra favorita. Hoy no tolero las cáscaras, ni las pepas, y para qué decir la pulpa.

No solo no puedo delegar

Sino que no me sirve ser vegetariana.

¿Cuál es el antónimo de fruta?

Ese es mi síntoma, esa es la palabra que me falta

Camino sobre un antónimo que no conozco…

Celebrando decía que andaba

Nadie me preguntó donde

¿Pues donde estás celebrando tus frutos?

En el desierto…

martes, 1 de mayo de 2007

En el día del trabajador: Nadie sabe para quien trabaja


Aprendí ese juego de cartas como a lo 7 años quizás, me lo enseñó mi madre. Recuerdo que me encantaba jugarlo… ¿por el gusto a impredecible? ¿por el viento que se siente en la cara cuando nos roza el azar? En este juego, más que del triunfo o de la derrota, se aprende de la fugacidad. Me atrae reconocerme en mis gustos de niña.
Este tiempo me he visto desde afuera siendo una carta y un jugador de ese juego.
El amor parece no tener propiedad privada, o quizás existe hasta que ese par de cartas o eso que se poseía, pasa a pertenecer a otro jugador.
El espíritu se alimenta del ser amado, y todo sigue bien mientras el espíritu re-alimenta al ser amado, pero de pronto, en ‘otra vuelta del espiral’ otro jugador aparece con el mismo número de la carta que encabeza el montón acumulado… bebe de ese espíritu renovado y luego exhibe en el espacio exterior un renovado montón de cartas, con la cara de una nueva carta, y así sucesivamente… La carta que encabeza el montón es la cara y el cuerpo que sigue transcurriendo en el espacio, visible para cualquiera que se cruzará y de pronto dejará de ser cualquiera porque anda con una cara parecida, que hará un nuevo par… Nadie sabe para quien trabaja.
- Mamá: ¿juguemos al ‘nadie sabe para quien trabaja’? -

PD: escribiría otra cosa acerca de este día también, pero la tentación me condujo por acá. De la motivación inicial, al menos quiero expresar que todos los periodistas deben detenerse y corregir su expresión: no es “el día del trabajo”, es “el día del trabajador”. Y ojo, hace 100 años fue la matanza de Santa María; en el colegio de Iquique en el que los trabajadores se amotinaron, se encontraron barajas de naipe español…

Mi último diagnóstico: Estrella Sistemática

Anoche en mi querido barrio, me encontré con el divino anticristo y me dijo que me veía rejuvenecida y bien. En enero su impresión fue que estaba en la etapa de 'Chancho Caballo' pero que no me preocupara porque luego llegaría a ser “estrella sistemática”. Pues bien, no sé si se acordaba de ese augurio pasado, pero ayer me dijo que ahora estaba en la vida de “estrella sistemática”, que mucho tiempo fui una princesa del oriente y que ahora me salté como 3 vidas: me salté la de “empleada pública” (¿será porque dejé de trabajar?), me salté la de Harry Potter 1 y 2 y ahora soy estrella; me dijo que eso había ocurrido debido a sus oraciones y a su comunicación con el computador de diosísimo.
¿Cómo incorporo mi nueva condición? ¿Cómo será esto de brillar? ¿A cuantos años luz estaré ahora de la tierra? ¿Cuando será mi cumpleaños? Aún no conozco el centro de la galaxia en la que estoy empezando a orbitar. ¿Será que a veces soy un agujero negro y otras una supernova arrogante?

Además me contó que hay personas que tienen sus vidas pasadas en alfa centauro, que es otra galaxia donde hay otro planeta donde no existen cosas como abismos y acantilados… Ese lugar no me gustó...

domingo, 8 de abril de 2007

¿Es mi barrio mi casa?

Los muros: las expresiones cómplices de humor,
el techo, la alegría de la feria,
el piso: compartir una receta de cocina en el almacén,
los muebles, personas que se visten de azar y te dicen una palabra precisa

martes, 27 de febrero de 2007

¿Qué es el amor?


¿QUÉ ES EL AMOR?

¿Servirle la comida a diario a quien te golpea?
¿es tener que consultar los deseos con el ‘ser amado’?
¿es no poder pasarlo bien con independencia del otro?
¿es el encantamiento inicial que se estira para que tome la forma de las actividades cotidianas?
¿es solo la avidez de los primeros encuentros en que el deseo no se logra saciar?
¿requiere de vestiduras cotidianas? ¿del mismo techo? ¿del mismo horario para despertar y dormir? ¿de las mismas salidas los fines de semana?
¿o será que el amor es simplemente el deseo que se celebra con desnudez cuando encuentra coincidencia?
¿se alimenta del milagro? ¿lo ahuyenta la culpabilización al otro por no coincidir?
¿es a veces un auxiliar para enfrentar la dureza de los proyectos personales?
¿es un fiscalizador del bienestar y de las incoherencias del otro?
¿es una pasta de muro para las imperfecciones del alma?
¿es una conquista que como tal, está condenada a su desperdicio?
¿es la fuente inagotable de la demanda?
¿es crear un orificio en el alma que conduce a hambre eterna?
¿es el sobregiro de expectativas?
¿es un seguro de compañía?
¿es un espantacucos?
¿es una luz que ilumina nuestro mejor manantial?
¿es la esencia misteriosa que recicla el alma?
¿es el eco de una noche de pasión que fue mayor a los límites de tiempo, espacio y expresión?
¿Cuánto tiene de pasado, presente y futuro?
¿es más amigo de lo prohibido?
¿es aquel período en que no nos atrevemos a llamarle amor por lo apresurado?
¿es una certeza de algo que aún no tiene forma ni experiencia?
¿es designado cuando ocurre un encuentro improbable? ¿es por lo tanto, lo que no ocurre muchas veces por ser inesperado?
¿es necesitar enfriarse, vestirse luego de hacer el amor?
¿es soñar con la persona deseada?
¿es tener que mostrar lo claro y lo oscuro de uno?
¿es sacrificarse por el otro?
¿es la persistencia de un proyecto?
¿es invitar a alguien al hogar propio?
¿es la necesidad de firmar el futuro con otro?
¿es solo rendir homenajes al cuerpo del ser amado? ¿es izar banderas en él? ¿es ‘crear nueva carpeta’?
¿es aceptar la invitación a jugar del destino?
¿es la forma de volver a ser niños, y al mismo tiempo, de dejar de serlo?
¿es un alimento no considerado todavía en los grupos alimenticios?
¿se siente, se tiene, se hace? ¿una, dos, las tres, ninguna de las anteriores?
¿se re-hace, re-hace, re-hace?
¿es no atreverse a declarar el deseo?
¿es bajo la forma de matrimonio, el compromiso más arrogante?
¿es mucho pedir?
¿es la pasión que necesita trabajo o solo ocupa el momento de un destello?
¿es la nostalgia del momento mágico originario?